viernes, 5 de abril de 2013

Juliette 2: El Privé



Hola, holita, aquí dejo el segundo capítulo de Juliete que veo que tuvo buena aceptación el prólogo y el primer capítulo :3 ¡No sabéis la ilusión que me hace! Espero que os guste este capítulo, no os olvidéis de dejarme críticas o recomendaciones abajo, todo es bienvenido! 



CAPÍTULO 2


El Privé es como una cárcel. Una realmente horrorosa. No tiene mazmorras ni calabozos, ni barrotes, exceptuando los de la entrada esos que parecen ser una barrera entre el París real y el París del Privé. 

— ¿Qué diferencia hay entre estos?— Os estaréis preguntando. 

Muy fácil os lo puedo definir en una simple palabra. París real es igual a Pobreza. París del Privé significa Riqueza. Pobreza, riqueza ¿Qué diferencia hay? Lo sé, es algo absurdo y con creces pero por lo visto mis amigos y compañeros no piensan igual. Para ellos hay una distancia abismal entre ambos París, una que nunca podría cambiar. Por conveniencia, porque entonces todos seríamos iguales y perteneceríamos a la misma clase social y eso a mis amigos de solo pensar que podrían estar a la misma altura que sus sirvientas no les gustaba nada pero nada. 

Peter me dejo como todos los días en el parking privado para los niños del Privé y sus enormes limusinas. Bajé y con cuidado de que nadie me viera me despedí de él guiñándole un ojo. 

Eran las 9:00 y por la verja ya empezaban a entrar limusinas o Lamborghini con sus dueños con la piel tostada por el sol del verano en islas paradisíacas. 

Veo acercarse el mini deportivo rosa chillón de Effie con la música medianamente alta y con Phoebe en el asiento del copiloto. La nueva canción de David Guetta junto a la chica de Barbados sonaba por los altavoces. Levanté la mano haciendo nuestra señal. El dedo índice escondido y los otros cuatro bien altos que se movían al ritmo del DJ y de la chica de Barbados. Phoebe al verme se levantó y empezó a cantar a grito pelado la canción mientras movía el culo y levantaba las manos al cielo. Ya había dejado de llover y parecía que el sol tenía intención de asomar sus rayos. Lo cual para mí era bueno. Realmente bueno. 

Effie toco el claxon al pasar por mi lado y se detuvo saludando con las manos y mirándome a través de sus gafas con estilo retro las cual se bajo hasta el puente guiñándome un ojo.

— ¿Necesitas que te lleve a alguna parte bombón?—Exclamó con voz seductora y colocando una mano en el volante. 

Yo solo me eché a reír y me acerqué apoyándome en la puerta chocando nuestras mejillas para no embarrarnos de carmesí. 

—Si Ange os ve armando bulla os va a poner bien finitas a ambas—Les dije alzando una ceja y con una media sonrisa adornando mi rostro. 

—Oh Jules disfruta de la vida no seas tan aguafiestas que todavía no ha llegado la sargento—Dijo Phoebe sentándose en el asiento de cuero blanco que le pertenecía y cruzando los pies en el salpicadero.

—Ya, pero tampoco te pases bonita y baja esos Gucci de mi salpicadero—dijo Effie fingiendo estar enfadada. 

—Ya, ya aguafiestas—Bufó Phoebe bajando los pies de mala gana. 

Pi, pi, pi.

Un Ferrari deportivo negro con los cristales teñidos tocaba el claxon seguido para que Effie moviera su mini chillón. 

—Ya voy desesperado—Gritó ella esperando a que el conductor del Ferrari la escuchara. 

—Aparca yo os espero aquí—Dije dándole una palmada al Mini mientras ellas se iban en busca de un sitio donde dejarlo. 

El Ferrari pasó por mi lado acelerando y justo cuando paso enfrente de mí derrapo con las ruedas salpicando muy cerca de donde me encontraba yo. Aquello era indignante y muy atrevido por parte de su conductor. Ni siquiera lo conocía y por lo visto ya no le caía bien. Resople alto y me crucé de brazos con mala cara mientras esperaba a que Effie y Phoebe llegaran. 

Phoebe venía dando saltos por el aparcamiento y lanzó dos besos al aire mientras Effie guardaba las llaves del Mini en nuevo bolso de Versace. Sentí unas manos frías que no me permitían ver y poco después el dueño de esas manos habló.

— ¿Quién soy?—Preguntó. 

—Devon—Murmuré muy segura de mi respuesta.

—Pues sí, lady Juliette, su lord Devon a su disposición—Dijo con su típico tono sarcástico pasándome el brazo por los hombros.

—Pues vaya lord, si quiere estar en mi círculo va a tener que dejar de fumar esa mierda que fumas—Le respondí de forma sarcástica. 

—Oh mierda pensé que no se me notaría—Dijo mientras se olía la ropa y el aliento.

—Pues para tu información ¡apestas!—Le solté cortante.

— ¡Uy, uy! Devoncito ¿ya has puesto de nuevo de mal humor a nuestra Jules?—Habló una recientemente llegada Phoebe con tono chillón. 

—Eso a ti no te importa encanto—Respondió Devon cogiéndola por la barbilla y acercándose con aires peligrosos a Phoebe.

—Um, Devoncito pero que chico más malo eres no te han enseñado que debes compartir lo que tienes con los demás—Le retó ella siguiéndole el juego. 

—Pues la verdad es que…no—Murmuró él soltándola y volviendo a mi lado.

— ¿Otra vez con vuestros jueguitos chicos?—Habló Effie que ya estaba a nuestro lado. 

Yo solo negué con la cabeza quitándome de encima el pesado brazo de Devon.

— ¿Y Harley y Angelique? ¿Todavía no han llegado?—Preguntó Effie buscando con la mirada el Corvette de Angelique. 

—Búscala entre los pantalones de Harley, ahí la encontraras—Ironizó Devon.


—Estará con Harley ya sabes esa extraña relación que mantienen—Le dije yo.


—Sí que a eso se le puede llamar relación, porque solo este verano han roto y han vuelto a estar juntos más de diez veces—Murmuró Phoebe sacando un espejo pequeño del bolso y mirándose en el.

—A mí se me apareció una vez a la casa a la una de la mañana llorando a mares porque según ella Harley le estaba poniendo los cuernos con una buscona en Montserrat, fue horroroso se paso toda la noche hipando, comiendo helados con la nariz roja como un tomate y quejándose de las infidelidades de Harley. Fue una pesadilla chicos no vino a dormirse hasta las seis de la mañana—Dijo Effie mientras hacía una mueca y sacudía los hombros como si tuviera un calambre.

—Te compadezco querida.... si hubiera sido yo la hubiera puesto de patitas en la calle y que se buscara la vida—Dramatizó Devon. 

—Mejor los esperamos dentro no quiero llegar tarde—Dije yo y todos me siguieron cruzando la puerta de entrada del Privé. Los cuatro juntos moviéndonos al mismo ritmo y con nuestras cabezas bien altas como si los demás solo fueran escoria, o aún peor, ratas de cloacas. 

— ¡Hey! Devon no me llamaste durante todo el verano—Dijo una chica con escote pronunciado que vestía y coqueteaba como una verdadera puta, de esas que encuentras en todas las esquinas del Privé pobre.


—Lo siento encanto pero estuve ocupado, tal vez otro día—Respondió Devon sin tan siquiera mirarla y pasando de largo junto a nosotras.

—No sabía que te gustaran las putas Devon—Exclamó entre risas Phoebe dejando intencionadamente que la chica escuchara su ofensivo comentario. 

Creo que de todas yo fui la única que me detuve a mirarla y era cierto la chica vestía como una verdadera prostituta pero me dio pena al ver la cara de tristeza que puso al ser ignorada por Devon. Supuse que habría escuchado el comentario de Phoebe, ella se había encargado de que todos lo escucharan. 

Crueldad. Eso era lo que reinaba en el Privé y lo que nosotros, los seis, ejercíamos. 

Devon era un chico peligroso, que estaba metido de lleno en el mundillo de las drogas y el alcohol. Phoebe y Effie se pasaban la vida de fiesta en fiesta. Harley era como Devon solo que aún más mujeriego que él. Y Angelique era la zorra más grande de la historia. Eran mis amigos pero yo sabía que ellos eran de lo peor. Quien mejor que yo, alguien cercano a ellos, para conocerles mejor... 




XOXO

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