El mundo entero se había vuelto
loco. Todos vivían en una nebulosa existencialista que no paraba de girar en mi
contra y eso me molestaba. ¿O tal vez…, quizás…era yo la que giraba en contra
del mundo? Sea cual sea la respuesta la encontrare seguramente al terminar de
contaros mi historia, eso es lo que ocurre en toda buena novela romántica que
se aprecie, encontrar lo perdido durante el pasado y a partir del crear nuestro
propio futuro. Por ahora lo único que debéis saber de mi es que mantengo un profundo
rencor hacia la lluvia y también hacia Nicole. Más adelante os hablare de
Nicole y de qué función cumple en mi historia, es que como comprenderéis si os
desvelo ahora todo lo que ocurrirá a lo largo, seria una completa pérdida de
tiempo que siga haciendo esto.
Bueno ¿sobre que preferís que
os empiece hablando? Os aviso que puedo ser un verdadero martirio una vez que
he comenzado.
Desde que tengo suficiente edad
para saber que la lluvia no la producen los angelitos que nos mean desde el
cielo; si yo también me pregunto cómo me podía tragar algo tan estúpido como
eso…pero que le vamos a hacer, a esa edad te crees cualquier cosa que mamá y papá
te digan por el simple hecho de que para ti ellos son como Dios. También le
tengo una especial manía al negro, la cual he ido desarrollando a lo largo de
los años y he llegado a la conclusión de que todo esto radica al hecho de que mamá
me enseño que el blanco es pureza y que ante todo hay que ser puro. Por lo cual
como comprenderéis el negro no está en mi lista de colores que yo definiría
como ‘’lo más’’.
Hace poco leí en un blog algo
que me hizo darle una buena utilidad a mi cerebro y ponerme a razonar y bueno,
lo admito, me hizo muchísima gracia. Decía algo así: "El ser humano es extraordinario" Se atreve
afirmar Aquarius, y sí, yo lo admito, el ser humano es extraordinario.
Extraordinariamente falso. Concuerdo totalmente con la
persona que escribió esto, cuyo nombre prefiero no revelar. Somos falsos,
continuamente estamos mintiendo, no solo a los demás sino a nosotros mismos que
es lo peor de todo. Porque…si nos engañamos a nosotros ¿Qué pueden esperar los
demás? Yo misma soy una mentirosa que va por la vida tan feliz. Tampoco sabemos
querer, es como si esta palabra estuviera en nuestro diccionario pero no
sepamos cual es su verdadero valor. Porque como comprenderéis querer no es
mirar por nosotros mismos en vez echar un vistazo de vez en cuando a la vida de
los demás haber si podemos serles útiles. Para mí el verbo querer y el pensar
van de la mano porque si quieres realmente a alguien piensas primero en esa
persona y luego en ti.
Tampoco confundáis querer a una persona
con amarla son dos cosas completamente diferentes o por lo menos yo lo veo de
esa forma. Tú puedes querer a alguien, sentir afecto hacia su persona, a veces;
y es cierto, ese querer se puede transformar en amar pero para eso tienen que
haber muchos años de por medio, muchas palabras y demasiados momentos
interminables. Nos pasamos la vida usando los términos amar y odiar tan a la
ligera cuando no sentimos eso en realidad. Es mas a veces los utilizamos con
tanta facilidad y frecuencia que ni siquiera nos damos cuenta que nos estamos
equivocando. ¡Querer es algo pequeño, amar; demasiado grande! Eso sí y aquí
hago un fuerte hincapié, nunca vayas por ahí diciendo que amas cuando en realidad
lo que sientes es obsesión o lo que en términos psicológicos vendría siendo
limerencia, definido por la RAE como un fenómeno emocional cognitivo involuntario producido
en ciertas personas y vinculado al enamoramiento; es decir que si estas
‘’locamente enamorado’’ ahórrate decir esas dos palabras, se mas profesional di
que padeces limerencia. Que por gusto Tennov no se mato a hacer una
investigación que le costó años de su vida para que ahora vayamos por ahí
diciendo que estamos ‘’locamente enamorados’’ no señor, eso ya paso de moda que ya existe un término para definir ese
estado emocional, démosle un uso razonable.
Lo mismo ocurre con la felicidad. Dios mío que manía
tenemos de ponernos nosotros mismos los clavos para que se nos pinche. Ya no es
que interfieran segundas o terceras personas a hacer de tu vida una mísera
mierda, es que a veces somos nosotros mismos con nuestros negativos
pensamientos los que nos ponemos un tope, como las barreras de seguridad. Deja
de empeñarte en que la felicidad no está hecha a medida exacta para ti. ¿Quieres
ser feliz? Pues empieza por dejar de ponerte todos los días frente al espejo y
empezar a criticarte a ti misma. Que si he engordado tres kilos, que si el pelo
esta que parece alambre, que si tenemos una nariz de gavilán. Eso, te lo puedo
asegurar, no va a hacerte nada feliz. Para ser feliz primero tienes que empezar
queriéndote a ti misma con todos tus defectos de fábrica incluidos. Y si tienes
un día negro, que esos los puede tener cualquiera pues matízalo, dale al play y
ponle algo de color. Gris, azul marino, tornasol, cian, fucsia, dorado como el
oro fundido, verde esmeralda, chocolate, rojo. Por colores que no sea. Que como
dice el dicho: Vida solo hay una y hay que vivirla al máximo. Que después no
queda nada, por eso cuando tenemos la oportunidad de ser felices no debemos
dudar, la felicidad no es como la manzana de Adán y Eva que venía envenenada. Y
no; tampoco la podéis encontrar destapando una botella de Coca Cola, que eso es
solo ficción. Pero bueno yo no soy nadie para deciros todo esto cuando en
realidad yo también limito mis sentimientos y a veces de tanto que lo hago me
creo mi propia desdicha.
Y ahora os preguntareis: ¿pero esta tía sabe realmente
de lo que está hablando? Y os digo: para nada, es solo que hoy mi vena
filosófica a decidió hacer su aparición triunfal y demostrar que la cabeza no
está hecha solo para pelo.
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